MIKHAIL M. BOTVINNIK
1911-1995 |
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Mikhail M. Botvinnik nació en San
Petersburgo el 17 de agosto de 1911 y muy pronto se destacó en el
ajedrez. A los 12 años llamó la atención al batir al entonces
campeón del mundo, José Raúl Capablanca, en una exhibición de
partidas simultáneas. Capablanca hizo muy admirativos comentarios
sobre el juego de Botvinnik pronosticando que llegaría a campeón
mundial. ¡Acertó el genial cubano!.
Su primer éxito lo tuvo a los 15
años, al terminar segundo en el Campeonato de Leningrado. Y a los 20
ganó su primer Campeonato de la URSS, que volvió a conquistar en
muchas ocasiones más.
En el ámbito internacional,
debemos destacar su empate en el match de 1933 contra Salomon M.
Flhor, uno de los primeros valores de los años 30 y su victoria en
el Torneo de Moscú II de 1935, terminando segundo en la tercera
edición (1936). Fuera de su país, debutó en Notingham (Inglaterra)
en 1936, anotándose un gran triunfo al terminar primero, empatado
con Capablanca y delante de Alekhine y también fue muy satisfactoria
su actuación en Rotterdam (1938) en el torneo A.V.R.O., donde
terminó tercero, detrás de Keres y Fine superando a los campeones
Alekhine, Capablanca y Euwe.
Desafió a
Alekhine en 1946, pero el entonces titular, que aceptó muy
complacido, fallecía en marzo del mismo año. Pocos meses después,
Botvinnik ganó el torneo de Groninga, donde fueron invitados los
mejores jugadores del mundo, demostrando ser el
más fuerte y pronto lo confirmó
al ganar el match-torneo que organizó la Federación Internacional
(FIDE) para cubrir la vacante del título, en 1948. Botvinnik
–campeón mundial- no se prodigó mucho hasta 1963, pues hasta
entonces debió alternar el ajedrez con su profesión de ingeniero
eletrónico. Defendió el título con sendos empates en las defensas
que hizo del mismo frente a Bronstein (1951) y Smyslov (1954).
Perdió el título en 1957, ante Smyslov, pero lo recuperó en el
match-revancha de 1957 y 1958, al igual que frente a Tahl en 1960 y
1961. Tras el encuentro con Tahl, hubo un clamor grande, porque con
los empates y revanchas aquello parecía una fábrica de hacer
campeones del mundo. Cuando la FIDE retiró el derecho al
match-revancha y a conservar el título en caso de empate, sin
disputar otro match, Botvinnik se retiró de la lucha por el mundial
al perder su corona frente a Petrosian en 1963, rehusando al
derecho a jugar el Torneo de Candidatos de 1965. Tras la pérdida del
título, Botvinnik se mostró más activo y logró muchos e importantes
resultados, como su segundo puesto en Palma de Mallorca (1967) y
Mónaco (1968). Tropiezos posteriores le hicieron retirarse a su
trabajo con máquinas computadoras de ajedrez y con su Escuela de
Ajedrez, por la que pasaron valores como Karpov y Kasparov, por
citar solamente a los más importantes ejemplos. Botvinik murió el 5
de mayo de 1995.
En un libro sobre el Maestro, S.
Gligoric dice que Botvinnik le asignó a la preparación pre-competitiva
una importancia mucho mayor que la que él mismo le concedía
públicamente, y tanto es así que no concibe que en la partida real
nadie, ni siquiera todo un señor retador a la corona, supere lo
previsto en los laboratorios particulares de su hacienda científica.
Esto se explica hasta cierto punto en el siguiente párrafo de la
misma obra donde su autor profundiza en los puntos fuertes y débiles
de Botvinnik ante el tablero:
"Botvinnik,
quien nunca se iba lejos de Moscú para no tener que romper su rutina
diaria, ciertamente consideraba que le debía mucho a su planeada
explotación de la energía de trabajo.
Esto se
refleja tanto en las facetas fuertes como en las débiles de su
estilo de juego. En el juego posicional, que puede reducirse a un
sistema, Botvinnik era un incomparable virtuoso contendiente de
torneo.
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En posiciones
de carácter indeterminado, por el contrario, no se sentía seguro.
Smyslov reveló esta debilidad en la vigésima partida del match,
cuando creó una tensión de peones en el centro y ambas alas.
Botvinnik
Botvinnik no estaba en posición
más débil, pero no podía soportar el pensamiento de no saber qué
podría surgir de aquella situación y se apresuró a introducir
claridad en la estructura de peones y a establecerla. Esto fue en
desventaja suya y una de las principales razones de su derrota en
esta partida."
Luego dice Gligoric: "Siempre
había sido un misterio cómo este ingeniero técnico que aparecía en
público como jugador una vez cada dos años no había experimentado
nunca alguna pérdida de forma. ¿Cómo era posible que estuviese
siempre en tan magnífica capacidad práctica, más que ningún otro, a
pesar de los largos intervalos que ningún otro gran maestro se
permitía?"
"¿Cómo era que las leyes que
afectaban a otros no le afectaban a él? No aparecía ante un tablero
durante diez, veinte meses y, sin embargo, desde su primera partida
en público, estaba completamente integrado con la nueva atmósfera,
no se mostraba afectado por dificultades de tiempo y normalmente
jugaba con mucha exactitud."
"El campeón del mundo no ocultaba
su secreto... o al menos una parte del mismo. Conseguía cuatro meses
de permiso para preparaba, estudiando la teoría de aperturas de su
oponente e intensificando su entrenamiento físico. Su paso era
firme, una prueba sorprendente de su estricto régimen."
"Parecía un milagro. Pero el
"milagro" era el tremendo trabajo preparatorio que Botvinnik llevaba
a cabo y su dedicación a la tarea escogida. Sólo Botvinnik era
capaz, durante meses de jugar, día tras día, exhaustivos matches
privados de los que no extraía ninguna ventaja obvia y de los que el
mundo nunca sabría nada. Algunas de estas partidas podrían repetirse
en un torneo efectivo como, por ejemplo, la famosa victoria de
Botvinnik sobre Spielmann en Moscú en 1935 en sólo once jugadas o
algunas de sus victorias en el match torneo de 1948 cuando se
convirtió en Campeón del Mundo. En estas ocasiones los adversarios
de Botvinnik parecían contrincantes desarmados contra un campeón
armado hasta los dientes."
"¨En qué consistía el método de
entrenamiento de Botvinnik? El era incomparable en el análisis y muy
probablemente él mismo había trazado el programa y dividido el
trabajo en partes. Puede suponerse que después de jugar una partida
de entrenamiento, Botvinnik no cambiase impresiones con su segundo,
sino que guardase para sí sus preciosos hallazgos."
De lo
examinado hasta ahora podemos identificar con suma precisión que el
comentario de las partidas propias es uno de los
componentes básicos del método de
Botvinnik. En eso están de acuerdo todos y resulta claro el camino
a seguir. Igualmente la preparación física resulta un hecho
necesario e indiscutible tanto más cuanto guarda una relación
estrecha con la buena o mala salud.
Lo que sí constituye en esencia
un enigma aún no despejado ni siquiera en parte -a pesar de las
agudas y valiosas consideraciones de S. Gligoric- radica en el
método de preparación previa, ese sistema que le permitía a M.
Botvinnik llegar a cada nueva competencia distinto y renovado...
Una vez en posesión del material
para trabajar, Botvinnik lo sometía a su escalpelo investigativo y
analítico si no lo había hecho con anterioridad. El nos regaló la
siguiente producción que explica, con elementos concretos, el por
qué dijo "...me dediqué a la preparación, estudié a los
adversarios..." (¡y de qué manera!).
M.
Botvinnik - P. Keres
[D36]
XX Campeonato de la URSS, 1952
1.d4, Cf6 2.c4, e6 3.Cc3, d5
4.cxd5, exd5 5.Ag5, Ae7 6.e3, 0-0 7.Ad3, Cbd7 8.Dc2, Te8 9.Cge2!,
...
El signo de
admiración no tiene absolutamente nada que ver con el valor
intrínseco de la movida textual (tan buena como 9.Cf3), y
generalmente empleada, hasta ese entonces, en conexión con el
enroque largo y un ataque recíproco contra los respectivos monarcas.
Keres, por supuesto, estaría muy de acuerdo con semejante situación.
9....,
Cf8 !, ... |
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Botvinnik contraría al
adversario y, a su vez, tiende sus redes: al no ocupar su caballo
la casilla f3, la maniobra llave de Keres … Cg6 y su complemento
... Ad6; con la amenaza ... Ah2; gana fuerza en apariencia y lo
continúa empujando en una fatal dirección sicológica, aunque aún
no ha pasado nada.
10. 0-0 , c6 11.Tab1!,
...
¡La trampa preparada por
Botvinnik ! Una de las movidas más cínicas
y profundas del ajedrez posicional si se descubren sus
entretelones. Con ella Botvinnik indica claramente la intención
convencional de iniciar el avance minoritario -lo cual suele ser
fuerte y sano-, pero lo esencial es mucho más profundo aún: él
sabe que el gran maestro de Estonia confía en su dispositivo
predilecto y, lo que es más terrible aún, que está absolutamente
convencido de que las blancas accionarán en el flanco dama (su
última jugada así lo demuestra), mediante el temático ataque de
las minorías y no acierta a profundizar en el entable, no
comprendiendo la verdadera naturaleza y la esencia bá sica en la
que radicaba la enorme fuerza de Botvinnik, que le ubicaron una
categoría por encima de sus contemporáneos, aquel método de
investigación, análisis y aplicación ejemplares que le permitían
"...llegar a cada nueva competición en cierta medida renovado,
distinto."
La movida 11.Tab1!, trae a la
mente una máxima o proverbio chino, tan lleno de sabiduría como de
malicia, que dice: "Ocultar la daga, sonriendo."
11...., Ad6?
Keres, asomado al precipicio,
no mide las consecuencias y, por supuesto, ni ve la daga oculta.
Tanto 11...., Ch5; como 11...., Cg4 (recomendado por el propio
Botvinnik) y 11...., Ce4; serían movidas adecuadas a la presente
posición. Posteriormente Suetin recomendaría 11...., Ae6 y si
12.f3, c5!
12. Rh1 !
(elimina de raíz el tema del jaque en h2)
12….Cg6 13.f3 !!, ...
¡He aquí el arte superior de M.
Botvinnik! Esta posición y la concepción que la condiciona fue
elaborada en los laboratorios particulares del campeón mundial y
la puesta en escena ¡quién sabe cuándo y cuántas veces! fue
ensayada, corregida, pulida y comprobada en su mesa de trabajo,
con partidas de entrenamiento incluidas como probable componente.
En este drama con sólo dos
actores en escena uno sólo actúa en plena posesión del papel y
perfecto dominio del guión, el otro se limita a obedecer
ciegamente a la fatal mano del destino. La amenaza e4 resulta
simplemente brutal. La posición negra se desmorona a pesar de los
esfuerzos de Keres, que despierta del letargo para incorporarse a
la pesadilla de una posición estratégicamente perdida ¡en sólo
trece movidas!, pero aún late una pequeña esperanza...
13...., Ae7 14.Tbe1!, ...
que Botvinnik destruye,
desenmascarando la pérfida torre cínicamente apostada en b1 en
espera de su engrandecimiento en la columna "e". Keres tenía
puestas sus esperanzas de última hora en la movida 14.e4?, que
sería castigada con 14...., dxe 15.fe, Cxg4!
Aquí valdría la pena citar otra
sentencia china que refleja muy gráficamente lo que ha sucedido en
esta partida: "Dejar que el enemigo se suba al tejado, para
después quitar la escalera."
El gran maestro A. Suetin logró
atrapar en síntesis periodística este rasgo principal de Botvinnik:
"Durante un tiempo prolongado nadie podía descubrir no sólo los
elementos sombríos de algunas posiciones predilectas de Botvinnik,
sino tampoco adivinar las proporciones del peligro. Esto daba a
Botvinnik la posibilidad de lograr éxito ya en la apertura,
aprovechándose del juego estereotipado de los contrincantes."
Lo que sigue carecería de
interés a los efectos de nuestro estudio si no fuera por la
pericia con que Botvinnik ata y amordaza al adversario hasta
lograr su rendición.
14...., Cd7
(Botvinnik señaló sumariamente los inconvenientes tanto de
14...., h6 15.Ah6, gxh 16.Ag6, etc.; como de 14..., c5 15.dxc,
Ac5 16.Af6, gxf 17.Cd4.)
15.Axe7, Txe7
16.Cg3, Cf6 17.Df2, Ae6 18.Cf5, Axf5, 19.Axf5, Db6 20.e4, dxe4
21.fxe4, Td8 22.e5, Cd5 23.Ce4, Cf8 24.Cd6, Dc7 25.Ae4, Ce6
26.Dh4!, g6 27.Axd5, cxd5 28.Tc1, Dd7 29.Tc3, Tf8 30.Cf5!, Tfe8
(si capturan el Cf5, sigue mate en tres)
31.Ch6+, Rf8 32.Df6, Cg7 33.Tcf3, Tc8 34.Cxf7,
Te6 35.Dg5, Cf5 36.Ch6, Dg7 37.g4…Y las negras abandonaron.
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