BERNARDO WEXLER
1925-1992 |
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Al enterarse de que dedicaríamos
este número a recordar al M.I. Bernardo Wexler, tres amigos
nuestros, los maestros Zenón Franco, Leonardo Lipiniks y Hebert
Pérez, coincidieron en hacernos llegar sus semblanzas del común
amigo que reproducimos a continuación.
Dijo Zenón Franco.
Tuve la suerte de conocer al
Maestro Internacional Bernardo Wexler cuando él daba clases en el
club Boca Juniors de Buenos Aires.
Yo tendría unos 9 ó 10 años
cuando comencé a asistir a sus clases y claro que al principio
asimilaba muy poco de lo que él explicaba, pues apenas sabía mover
las piezas. Entonces vi, por primera vez, cómo hacer para que los
alumnos tomen parte activa de las clases, proponiéndoles la
resolución de posiciones mediante el método de “acertar las
jugadas”, gracias al cual pude conocer las grandes joyas de la
historia del ajedrez.
Bernardo Wexler nació el 1º de
abril de 1925 en Bucarest, Rumania, y a los 7 años se estableció en
la Argentina. Falleció a principios de los 90 siendo extraño que en
el programa Chess Base no conste la fecha de su fallecimiento.
Fue campeón argentino en 1959 y
representó a la Argentina en las Olimpiadas de Moscú 1956, Leipzig
1960 y Tel Aviv 1964.
Entre otros trabajos, pues el
ajedrez era amateur en aquellos tiempos, fue redactor especializado
en ajedrez del diario Clarín de Buenos Aires durante más de 25 años.
Su pasión deportiva no estaba limitada a los trebejos. Además le
encantaba el fútbol y sentía devoción por el club Boca Juniors,
siendo asiduo concurrente a los partidos que su equipo jugaba en "La
Bombonera" y muchas veces vino a buscarme a casa para llevarme a la
cancha junto a su hijo.
Su personalidad, estilo de juego
y capacidad docente, los fue mostrando Wexler a través de la enorme
(y no exageramos) cantidad de partidas que comentó, verdaderas
clases que cubren absolutamente todo el espectro de la estrategia
ajedrecística.
Recuerda Leonardo Lipiniks
Con Bernardo nos conocimos como
espectadores de un torneo magistral en el Club Argentino. Él ya era
jugador de segunda categoría y yo estaba en tercera. Simpatizamos de
entrada y, poniéndome su mano sobre el hombro, me preguntó una vez:
"¿vos también sos polaquito?" De ahí deduje que él era polaco nato
y no rumano como el gran maestro paraguayo Zenón Franco afirma en
uno de sus artículos en el diario "ABC" de Asunción.
Era comunista militante, de
acuerdo con su corta edad, y en los tiempos de la Unión Democrática
me dijo orgullosamente que formaba parte de la guardia armada de
protección de los mitines del partido. A los pocos días leo en el
diario que Bernardo había sido apresado por la dictadura por
portación de armas. Alarmadísimo volé para la Cárcel de Encausados
de Devoto y allí me orientaron a un pabellón requetepoblado de
presos. No estando custodiado, pude acercarme a los hombres que
estaban del otro lado de las rejas para preguntarles por el
ajedrecista Bernardo Wexler. Prueba de que ya era bastante conocido,
me dijeron que había entrado, pero que lo habían soltado temprano,
esa misma mañana. Cosa que resultó muy chocante para un joven como
yo que creía haber realizado un acto heroico al meterse en la jaula
de las fieras para tratar de salvar a un amigo. La amistad duró
prácticamente hasta su muerte, ocurrida estando yo radicado en
Paraguay.
Hacia años que el Dr. Milcíades
Lachaga le había dado un puesto en su secretaría de Tribunales,
donde Bernardo hizo carrera, llegando a secretario sin ser abogado y
manejando el sector con mucha eficiencia. (Lachaga es el nombre que
olvidé al decir que los alemanes Becker y Winz habían hecho un gran
trabajo en La Regence, editora de muchas obras de ajedrez gracias al
esfuerzo del Dr. Lachaga).
Mientras yo me estanqué en la
primera categoría, él despegó en una carrera ajedrecística brillante
que incluyó su triunfo sobre Fischer en Mar del Plata y su
participación en varios equipos argentinos en torneos mundiales.
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Supongo que algo habrá hecho el
fanático del ajedrez, Dr. Lachaga, para que Bernardo pudiera
disponer de las licencias necesarias para intervenir en eventos
internacionales. Muy destacable, para él y para mí, fue que
designaran a Wexler integrante del equipo argentino que jugaría en
el mundial de Moscú. Yo estaba eufórico ante la posibilidad de que
mi amigo viera la "Meca" con sus propios ojos y, al despedirse,
recuerdo que me saludó con un "a la vuelta te cuento"...
Apenas regresó a Buenos Aires,
nos encontramos para tomar un café y entonces aproveché para
pedirle que me contara todo, a lo que me respondió con una de las
frases que más influyeron en todo mi futuro, "te voy a contar todo,
pero lo primero que quiero que sepas es que aquí estamos fenómeno"
(sic).
Años después me confesó,
preocupado, que tenía la sensación de que alguien lo estaba
siguiendo y que eso le obligaba a darse vuelta a menudo para
verificarlo. ¡Pobre amigo!, con su gran inteligencia detectó el
comienzo del mal que, seguramente, causó su prematura y lamentada
desaparición.
Yo sabía que, con su esposa
Raquel y su hijo, vivía en la calle Camarones, pero por la distancia
que nos separaba nunca encontré el tiempo y la oportunidad para
averiguar qué fue de la vida de ambos.
Me dijeron que un Wexler que
ahora juega torneos de ajedrez, es el hijo de Bernardo, el mismo que
de niño, en una de las visitas que los Wexler nos hicieron a Villa
Raffo, jugó con Cecilia, mi hijita menor de su misma edad, por lo
que calculo que ahora debe andar por los 50.
Bernardo Wexler fue un amigo de
gran corazón. Toda su “maldad” se reducía, como me lo confesó, a
considerar los análisis post mortem como una nueva partida. Si había
ganado, terminar de aplastar a su rival en el análisis. Si había
perdido, robarle el gusto al vencedor ganándole o empatándole en el
análisis. Pero, en cuanto a incorrecciones le descubrí una sola:
siendo un gran pimponero, como todo maestro, en una amistosa a 2
minutos, con negras, se jugó 1.d4 d5 2.c4 Cf6 3.Cf3 Ab4!! y ganó
fácilmente ante su fuerte pero desconcertado rival. Yo me quedé
chitón, como siempre hice en casos parecidos, considerando que una
partida es entre dos y yo no era el juez. Alguna vez les contaré una
situación parecida, cuando yo sí era juez en los torneos entre
obreros y empleados de la General Motors de Barracas, junto al
Riachuelo. ¡Fue un lindo truco!...
Un día, sin motivo aparente
alguno, se le ocurrió regalarme el libro "Piense como un Gran
Maestro" de Kotov. Añares después lo presté en Paraguay y cuando lo
reclamé el dueño dilató la devolución hasta que me convencí de que
no me lo devolvería nunca. Ni mi declaración de que era el único
recuerdo de un gran amigo pudo conmoverlo. Tuve que hacer como los
árabes: me senté en la vereda y cuando supe que se había muerto
conseguí que un amigo mutuo se lo pidiera a la viuda y ahora lo
tengo otra vez conmigo. Tiene la firma del ladrón y, al pie, mi
nota:
"Lipiniks, dueño original por
regalo de Bernardo Wexler".
Toda esta charla se originó en el
corazón de Bernardo y lo que quería contar era que, una vez que lo
visité en la casa de la calle Camarones, me pidió que habláramos
bajo porque en el cuarto de los libros estaba estudiando el joven
Schweber con los libros del maestro y no quería perturbarlo.
Si hubiera contacto, seguro que
el gran maestro Schweber confirmaría lo que digo. También me
acuerdo que, en ocasión de varios torneos en el exterior, me pidió
que lo reemplazara en sus clases de ajedrez. Recuerdo ahora unas
veces en Boca Juniors y otras en una Biblioteca de Avellaneda y
espero que se me perdone porque me "trascordé" su nombre como dicen
en Paraguay. Aunque lo hice por amistad, al final resultó que
Bernardo, intuyendo mis problemas de dinero, me traspasó
íntegramente sus honorarios cosa que nunca pude rechazar por mi
condición de pobre recién casado.
Comenta Hebert
Pérez García
Conocí a Bernardo Wexler en la
sección de ajedrez de mi querido Club Nacional de Montevideo.
Precisamente al principio de mi carrera, entre los años 62 y 63.
El participaba entonces de los
matches amistosos que se celebraban entre el club Nacional y el
Círculo de Ajedrez de Vélez Sársfield, siendo una de las principales
figuras de esos eventos ajedrecísticos y un noble amigo de todos los
ajedrecistas uruguayos.
Horas y horas destinaba al
análisis de partidas y posiciones con nosotros y en otros momentos
se deleitaba recordando anécdotas, hablando de fútbol o contando
cuentos de mucho humor. Su risa era abierta, generosa y muy
singular. Muchos no podían evitar la risa al unísono. Sus diálogos
humorísticos con los también inolvidables ajedrecistas Walter
Estrada y Martin Irisarri eran ingredientes sabrosos de esas amenas
tertulias.
Todos los veranos Wexler visitaba
las playas y los clubes de ajedrez uruguayos. También la peña
privada de mi gran amigo y primer sponsor, Don Joaquin D’ Agostino
Moreno. Allí se daban cita las figuras más rutilantes del ajedrez
rioplatense, entre otros el maestro Guillermo Puiggrós y el famoso
compositor de estudios, Dr. Infantozzi. |
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Asados memorables, torneos de
partidas rápidas, análisis de partidas o de bellas composiciones,
guitarreadas, etc., etc., nos hermanaron a todos los presentes.
Bernardo Wexler brillaba por su
modestia, su rica cultura y sus exuberantes cualidades humanas.
Siempre risueño y bondadoso, ganando o perdiendo algún juego
casual, nunca le vi en una actitud arrogante o desleal con nadie.
A Wexler le encantaba dar
aliento a los jóvenes ajedrecistas y se entusiasmaba ante el juego
creativo de sus ocasionales adversarios.
Yo tuve la fortuna de ganarle
una miniatura en un encuentro de rápidas de 10 minutos y me
emocionó con sus elogios y los conocimientos técnicos que
matizaron el “post mortem”.
Sabía mucho de la “India de
Rey” de la cual me dio una soberbia clase. Lógicamente, el error
táctico causado por una jugada automática de su parte no hizo la
menor mella a su valiosa enseñanza.
Lamento no haber conservado la
anotación de alguna de las partidas rápidas que me ganó Wexler.
En Villa del
Parque
En 1941
Wexler ingresa al C.A.V.P. y sale segundo en el torneo interno de
4ª A.
En 1942,
el joven Bernardo Wexler gana el torneo interno de 4a.A y después
se clasifica Campeón Nacional de 4a.categoría.
En 1943,
gana los torneos internos de 3a. primero y de 2a. categoría
después.
Integra
como 1er. tablero, junto a Costa, Canevari, Rosa y Guzmán, el
equipo que gana el Campeonato Metropolitano de 2a.categoría.
En 1949
Wexler participa en el Torneo Mayor y obtiene el puntaje necesario
para permanecer en 1a categoría.
En 1959
Bernardo Wexler se consagra Campéon Argentino de Ajedrez escoltado
por el M.I. Alberto Foguelman.
Algunas de
sus partidas.
Eliskases, E - Wexler, B [A63]
Buenos Aires, 1955
1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cf3 c5 4.d5
exd5 5.cxd5 d6 6.Cc3 g6 7.g3 Ag7 8.Cd2 Cbd7 9.Ag2 0-0 10.0-0 a6
11.a4 Tb8 12.Cc4 Ce8 13.a5 Ce5 14.Cb6 Cc7 15.h3 f5 16.f4 Cf7 17.e4
fxe4 18.Cxe4 Cb5 19.g4 Ad7 20.Tb1 Cd4 21.b4 Ab5 22.Tf2 Te8 23.Ab2
Dh4 24.Aa1 Txe4 25.Axe4 Te8 26.Ag2 Ce2+ 27.Txe2 Txe2 28.Axg7 Df2+
0-1
Wexler, B -
Najdorf, M [D86]
Buenos
Aires, 1955
1.c4 Cf6
2.d4 g6 3.Cc3 d5 4.cxd5 Cxd5 5.e4 Cxc3 6.bxc3 Ag7 7.Ac4 0-0 8.Ce2
Cc6 9.Ae3 Ca5 10.Ad3 b6 11.0-0 Ab7 12.Dd2 e6 13.Tac1 Te8 14.f3 Tc8
15.Tfd1 f5 16.Ah6 c5 17.Axg7 Rxg7 18.De3 Dc7 19.e5 Ad5 20.Td2 De7
21.Tb1 cxd4 22.cxd4 Ted8 23.Cf4 Tc3 24.De1 Dg5 25.Tf2 Tdc8 26.Dd2
h6 27.g3 Rf7 28.Rg2 Rg7 29.Tb5 De7 30.Cxd5 exd5 31.Txd5 T8c7
32.Td6 T3c6 33.Df4 Td7 34.Ab5 Tcxd6 35.exd6 Txd6 36.Te2 Df6 37.d5
Txd5 38.Dc7+ 1-0
Wexler, B -
Kotov, A [B08]
Mar del Plata,
1957
1.d4 g6 2.e4 Ag7 3.Cf3 d6 4.Cc3
Cf6 5.h3 c6 6.Af4 Db6 7.Tb1 Cbd7 8.e5 dxe5 9.dxe5 Cg8 10.Ac4 Cf8
11.Cg5 Ch6 12.De2 Ce6 13.Cxe6 Axe6 14.Axe6 fxe6 15.Dc4 Cf7 16.Dxe6
Dd4 17.Ag3 Cxe5 18.Db3 Db6 19.0-0 Dxb3 20.axb3 Td8 21.Ce4 b6
22.Tfe1 Cf7 23.Ta1 Td7 24.Ta6 0-0 25.Tea1 Axb2 26.Txa7 Tfd8
27.Txd7 Txd7 28.Ta8+ Rg7 29.Tc8 Td4 30.f3 Td1+ 31.Rf2 Ad4+ 32.Re2
Tg1 33.Af2 Txg2 34.Rf1 Txf2+ 35.Cxf2 Cg5 36.Rg2 c5 37.Cd3 e5 38.f4
exf4 39.Cxf4 b5 40.c3 Axc3 41.Txc5 Ce4 42.Txb5 Cd6 43.Tb6 Cf5
44.Rf3 Aa5 45.Tb7+ Rf6 46.b4 Ad8 47.Td7 Ae7 48.b5 Re5 49.b6 Cd4+
50.Re3 Cc6 51.Td5+ Rf6 52.Re4 Cb8 53.b7 Rf7 54.Cd3 Ah4 55.Ce5+ Re6
56.Cd7 1-0
Wexler, B -
Fischer, R [A16]
Buenos Aires
, 1960
1.c4 Cf6
2.Cc3 g6 3.g3 Ag7 4.Ag2 0-0 5.d3 d6 6.Ad2 Cc6 7.Dc1 e6 8.Cf3 d5
9.0-0 d4 10.Ce4 Cd7 11.b4 f5 12.Ceg5 De7 13.b5 Cd8 14.Tb1 a5 15.h4
e5 16.e3 dxe3 17.Axe3 h6 18.Ch3 Rh7 19.c5 Cf6 20.Te1 Cg4 21.Af4
Cf7 22.Cxe5 Cgxe5 23.d4 Ae6 24.dxe5 Tab8 25.a4 Tfd8 26.De3 Ac4
27.b6 Td3 28.Dc1 Ae6 29.bxc7 Dxc7 30.Tb6 Ad5 31.e6 Ce5 32.Td6 Axg2
33.Txd3 Axh3 34.Axe5 Dc6 35.f3 Td8 36.Txd8 Dxf3 37.Dd2 Axe5 38.Df2
1-0
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